3.- “No es tan importante”
Hay muchas maneras de minimizar y menospreciar los sentimientos de nuestros hijos/as, así que ten cuidado con esto. Ellos a menudo valoran cosas que parecen pequeñas e insignificantes a nuestro punto de vista de adulto. Así que trata de ver las cosas desde el punto de vista de tu hijo/a. Empatizar con sus sentimientos, incluso cuando vas a establecer límites o decir que no a lo que te pide.
“Yo sé realmente querías hacer eso, pero no se va a poder hoy”; ”Siento desilusionarte, pero la respuesta es no”; son respuestas mucho más respetuosas que tratar de convencer a tu hijo/a que sus deseos no importan.

4.- ¿Por qué lo hiciste?
Si tu hijo ha hecho algo que no te gusta, sin duda necesitas tener una conversación sobre ello. Sin embargo, el calor del momento no es un tiempo para que pueda aprender de sus errores. Y cuando le preguntas “¿por qué?” lo obligas a pensar y a analizar su comportamiento, que es una buena habilidad, pero es avanzada cuando se trata de un niño e incluso a veces lo es para los adultos. Al enfrentar esta pregunta, muchos se cierran y se ponen a la defensiva.
Te sugerimos que abras las líneas de comunicación para averiguar lo que tu hijo/a podría haber sentido y lo que podrían ser sus necesidades subyacentes, por ejemplo, “¿Te sientes frustrado porque tus amigos no estaban aceptando tu idea?”. En tratar de entender lo que tu hijo/a sentía y necesitaba, incluso podrías descubrir que disminuye tu propia molestia por el incidente.
5- “Si tú haces X entonces yo te daré Y”
Sobornarlos es igualmente destructivo como desmotivador. Este tipo de intercambio puede convertirse en un terreno resbaladizo y si se utiliza con frecuencia, estás arriesgándote su efecto boomerang: que regrese y te golpee: “¡No voy a limpiar mi cuarto a menos que me compres un premio!”.
En lugar de eso trata: “¡Gracias por ayudarme a limpiar!”; cuando ofrecemos nuestra gratitud genuina, los niños son motivados internamente a seguir ayudando.
Y si tu hijo/a no ha ayudado mucho últimamente, recuérdale el momento en que sí ayudó. “¿Recuerdas cuando me ayudaste a sacar la basura hace unos meses? Eso fue una gran ayuda ¡Gracias!”. Esto le permite a los niños llegar a la conclusión que es divertido e interiormente gratificante ayudar.
6.- “Detente ahora mismo o vas a ver”
Amenazarlos nunca es una buena idea. En primer lugar, les estás enseñando una habilidad que no quieres que tengan: la capacidad de utilizar la fuerza bruta o una astucia superior para conseguir lo que quieren, incluso cuando la otra persona no está dispuesta a cooperar. En segundo lugar, te pones en una posición incómoda en la que tienes que cumplir tus amenazas – que brotó de un momento de enojo- o puedes echarte para atrás y enseñar a tu hijo que tus amenazas no tienen ningún valor. De cualquier manera, no tendrás el resultado que quieres y estarás dañando tu conexión con el niño
Intenta redirigirlo a algo más apropiado en su lugar: “No le puedes pegar a tu hermano. Me preocupa que salga lastimado, o que tome represalias y te lastime a ti. Si quieres algo para golpear, puedes golpear una almohada, el sofá o la cama”. Ofreciendo una alternativa que es más segura, le permites expresar sus sentimientos que estás validando mientras se establece un límite claro para su comportamiento. Esto lo llevará finalmente a un mejor autocontrol y bienestar emocional.
7.- “¡Buen trabajo!”
El mayor problema con esta declaración es que a menudo se dice repetidamente y para cosas en las que realmente no ha puesto ningún esfuerzo. En su lugar intenta: “¡Realmente te has esforzado en esto!”. Al centrarse en su esfuerzo, le estamos enseñando que el esfuerzo es más importante que los resultados. Esto les enseña a ser más persistentes cuando intentan una tarea difícil y a ver el fracaso como otro paso hacia el éxito.
Enfócate en comunicarte positivamente con tus hijos para poder generar lazos duraderos y saludables que le permitan reforzar la confianza en sí mismo y su capacidad de comunicar sus problemas de la mejor manera. Recuerda que escucharlos y entenderlos es fundamental tanto para ti como para la salud de ellos. Puedes leer también 5 causas emocionales de las enfermedades comunes que quizás no conocías.